martes, 16 de abril de 2013

Niños grandes

Hace un ratito leía el post de una buena amiga. El título fue lo que me llamó a leerlo en realidad: niños adultos.

Hace un par de día hablaba con la psicóloga de mi hijo mayor - haré un altito para contarles porqué va a la psicóloga, la separación de sus papás lo desequilibró y deprimió mucho, ahora va más tranqui y más seguro pero en su momento, fue todo un tema - sobre la cantidad de información que recibe y cómo la procesa.

Es que, creo, a veces cuando nuestros hijos son hábiles, despiertos, sensibles, automáticamente asumimos que esas habilidades, esa actitud despierta, esa sensibilidad, los hace capaces de procesar todo.

Pero...claro, son hábiles, son inteligentes, pero siguen siendo niños.

Creo que una de las cosas que más esperamos los papás y mamás es que nuestros hijos responden rápido, se adapten rápido, y si somos hiperactivos...creemos que ellos por ósmosis seguirán nuestro ritmo.

Me ha costado, a mí, de manera muy personal, darle el espacio a mi hijo para que maneje su propio ritmo. Creo...creo que lo veía tan capaz, tan hábil, que en algún momento esperé que respondiera desde su inteligencia y habilidad y de acuerdo a mi expectativa. Y no lo vi pequeño, sensible, frágil. Niño.

Gracias a Dios, a la psicóloga del cole, la de su terapia, mi familia, mis amigos, hemos podido darle espacio para llevar su luto a su tiempo y a su manera.

Ahora está tranquilo, juega, se ríe, sigue leyendo un mundo, preguntando un mundo, curiseando, viendo noticias. Pero ya aprendimos que nuestras respuestas tienen que ser a la medida de su niñez.

Qué grande es Fratto...y cómo me puso en mi sitio.