sábado, 11 de septiembre de 2010

Se hace camino al andar

A veces cuando las cosas se ponen difíciles, vale la pena parar un momento y respirar...y ver el mundo desde otra perspectiva. Tengo un amigo, que adoro, que tiene una vida super complicada por cuestiones de salud. Pero cada vez que hablamos o nos vemos, en algún momento, de alguna manera, terminamos hablando de mí, de mis hijos, de mis problemas. Me escucha, me entiende, me hace sentir importante. Y cada vez que hablamos de sus problemas, terminan siendo como algo anecdótico, de paso, inevitable y por tanto, no se hace paltas. Sus problemas y complicaciones ahí están, no van a desaparecer...entonces, no lo torturan...y si lo torturan, no lo demuestra.
Me gusta mi amigo, me gusta su fortaleza, me gusta su valentía, me gusta su actitud frente a la vida. Lo quiero mucho y me gustaría haberme acercado a él antes. Pero igual aprecio que esté ahí ahora, me deja compartir sus dificultades y pone las mías en perspectiva...Además, lo quiero porque es lindo, cariñoso, amable, fuerte. Y no es por sus problemas médicos, creo que más que eso, es su personalidad. La enfermedad no lo define y creo que eso es lo que más me gusta.
Cada vez que me pasa algo - y suelen ser cuestiones emocionales, mis hijos y su padre, la familia, la casa, mi jefe - mi amigo escucha, atiende y comprende. No me da soluciones porque es sabio, me deja encontrar mi camino.
Me gusta pensar que cuando me cuenta sus cosas lo ayudo igual.

Para tí querido amigo, se hace camino al andar. Pero se hace más fácil andar con amigos como tú.