jueves, 14 de marzo de 2013

Todo lo que genera el juego...

Hace poquito hemos tenido algunas observaciones sobre nuestros espacios de juego.
Y me quedo pensando en toooodo lo que genera el juego, para adentro y para afuera.
Supongo yo que los educadores, psicólogos, médicos y demás, sabemos y conocemos y podríamos polemizar n horas sobre todos los beneficios del juego.
Y probablemente, algunos papás y algunas mamás también hablarían positivamente y probablemente recomendarían sin ambages los espacios de juego, nuestros y de otros.
Pero, me llama muchísimo la atención algunos comentarios y algunas miradas que han tenido nuestros espacios de juego.
Casi digo "curiosamente" pero no, en realidad creo que ya esperábamos que los comentarios, digamos negativos, en contra o tipo "no sé para qué sirvev eso" vendrían de personas, digamos otra vez, mayores.
Sin embargo, creo que los que más se han sentido..."invadido", incómodos, por nuestro juego en nuestros espacios de juego, han sido los adultos entre 35 y 45 años, quizá hasta 50.
¿Será generacional? ¿Coincidencia? Quizá porque son y pertenecen al mismo espacio, la burrocracia municipal.
Los comentarios van desde "son vagos, se la pasan sentados, conversando y riéndose", hasta "hablan con todo el mundo".
¿Qué es jugar? ¿Es estar moviéndose, saltando, corriendo? ¿No se puede jugar sentado? Si me siento a mover carritos, muñequitos, cubos, y me río, me echo panza arriba para hacer volar un avioncito, panza abajo para construir una ciudad con cubos y frente a mí está otro - el otro, niño, adulto, abuelo, papá joven, mamá mayor, etc - ¿no estoy jugando?
Si me río, ¿pierde su valor educativo, recreativo, formador, socializador, mi juego?
Si soy feliz jugando, ¿dejo de ser productivo? ¿Ya no cumplo mi trabajo de animador@ sociocultural?
¿Jugar es un asunto serio, para gente seria?
Si tengo un programa de juego pagado, asalariado, ¿debo ser un "jugador" serio?
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